viernes, 23 de noviembre de 2018

The Lobster (Langosta) - Reseña crítica

The Lobster (2015), es el quinto trabajo cinematográfico que el director griego Yorgos Lanthimos dirige en solitario. Reconocido de manera progresiva a nivel mundial por sus trabajos anteriores: Dogtooth (2009) y Alps (2011), su estilo se caracteriza por utilizar la trama de sus películas para presentar versiones alternativas de nuestra realidad, enfocándose sobre todo en la sociedad y sus características. En esta ocasión utiliza la trama para sumergirnos en el mundo de las relaciones en pareja.

El reparto internacional de esta entrega ayudó a que esta fuera la película más comentada de Lanthimos por la crítica en general, además del buen paso que tuvo en diversos festivales alrededor del mundo. Por otra parte, el cuidado en aspectos técnicos como la fotografía y el uso de música off en algunas escenas dotaron de frescura el trabajo del griego que, en anteriores filmes había utilizado un perfil discreto en este aspecto.

Para quien no conozca el trabajo de Lanthimos, la descripción general de The Lobster podría llegar a parecerle convencional, pero basta que el espectador observe las primeras tres secuencias de la película para notar que se encuentra ante un director que se siente cómodo al trabajar recargado en la metáfora y la ironía.

La premisa de The Lobster se centra en el personaje de David (Colin Farrell), recién divorciado y miembro de una realidad en la que permanecer en la soltería es interpretado como un desacato a las convenciones sociales y castigado con la muerte o la transformación en un animal previamente elegido. Dicho predicamento lleva a David a hospedarse en un hotel cuya función radica precisamente en emparentarlo con otra persona a fin de evitar el fatídico final o la metamorfosis animal. Durante su estancia, David se somete a las reglas del hotel, las cuales consisten en buscar una pareja con la que tenga una afinidad perfecta y con la cual debe superar otra serie de pruebas a fin de descubrir si en realidad son una pareja viable. David, al descubrir que el mecanismo de emparejamiento tiene sus bemoles se revela y huye del hotel; en el exterior se encuentra con un grupo de personas que, al igual que él, han escapado y viven refugiados en el bosque. Este grupo explica a David que representan el lado opuesto de las convenciones impuestas por el hotel y la sociedad, por lo que los coqueteos, emparejamientos o contacto físico están prohibidos. Lanthimos se sirve de esto para introducir al personaje de "La mujer miope" (Rachel Weisz) quien termina por convertirse en el interés amoroso del personaje principal y el origen del conflicto en la trama con que el director presenta una serie de planteamientos que, a manera de metáfora, realizan una crítica de la sociedad real.

La utopía imperfecta presentada por Lanthimos termina por recordarnos las principales razones por las que las relaciones en pareja no funcionan y la manera fallida en que los miebros de una relación intentan arreglar dichas fallas sumando elementos que terminan por trabajar en su contra. Una de las reglas del hotel consiste en que, una vez que una pareja ha sido formada, la misma pasará un tiempo en aislamiento, en caso de que las cosas no avancen de manera positiva se les asignarán hijos, detalle con el que Lanthimos resalta las carencias de la planeación familiar en la actualidad y las decisiones basadas en aspectos emparentados con el rescate de un proyecto fracasado.

Otro ejemplo es presentado por el personaje de David, él mismo se caracteriza por sopesar un par de posibilidades y siempre decidirse por la que considera lo afectará en menor grado. De esta manera, se planteará la pregunta de qué puede ser peor, la conversión animal o fingirse enamorado de alguien; otra muestra de la ironía con la que Lanthimos percibe el desapego humano a las convicciones personales contra la necesidad de permanecer acompañado de alguien.

El mismo David se planteará otras posibilidades al unirse al grupo de solitarios, en este punto, Lanthimos hace énfasis en el hecho de que su personaje, a pesar de haber huido de las convenciones sociales del emparejamiento obligado, una vez que se encuentra libre continua buscando pareja con las reglas de afinidad del mundo del que ha escapado.

Finalmente, Lanthimos cierra su obra colocando al personaje de David ante otro par de posibilidades, el sacrificio extremo pero bello o simplemente escapar; no es de sorprender que el director se haya decidido por un final abierto y con esto deje al espectador emparejado con sus pensamientos.

Lanthimos, Y. (2015). The Lobster. Irlanda, et. al., Element Pictures, et. al.

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